Cuando educamos a nuestro perro, ¿lo hacemos por sus necesidades o las nuestras? ¿Empatizamos con lo que el perro necesita?
“Educar” inhibiendo conductas (con castigos) es maltrato por donde se lo mire. Queremos un perro “educado” pero… ¿no será que también ponemos muchas expectativas sobre los ellos? Expectativas que ni siquiera nosotros (humanos) podemos cumplir.
Queremos que se lleve bien con todo ser vivo, que no ladren nunca, que sean “ZEN” con cualquier ruido, que coman lo mismo todos los días, duerman donde les indicamos, gestionen todo a la perfección, que no sientan miedo nunca.
¿Queremos un compañero o un perro robot o un personaje de ficción?
Cuando vamos a educarlos queremos todo para ayer y muchas veces no aceptamos los plazos de aprendizaje de cada #perro
Además pretendemos que por darles techo y comida es suficiente y deben ser incondicionales con nosotros.
¿Será que en algún momento nos ponemos en el lugar del perro pensamos en sus necesidades y empatizamos con el?
Escrito por: Adriana González Pérez – Adiestradora profesional y técnico en gestión del comportamiento.
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